Ernesto Schisano disputará su segundo combate profesional de MMA este sábado 25 de mayo en WOW 14 y llega a la cita no solo como el luchador con el KO más rápido de la compañía, sino también convertido en un auténtico ídolo de masas dentro del deporte.
El napolitano, afincado en Madrid desde hace 12 años, ha logrado ganarse el corazón de los aficionados nacionales y en su pelea frente a Daniele Caldadera espera sumar su segunda victoria profesional. Pero para llegar hasta ese punto, ha tenido que hacer grandes sacrificios.
«Yo vine a España por pura necesidad, en Nápoles no tenía nada, estaba en la calle. Vine a España porque un amigo tenía un restaurante y trabajé muy duro» explicó ‘El Potro’ en su entrevista con Jaula Magazine.
«Cuando tengo momentos difíciles, miro atrás y digo, mira dónde estás, puedes vivir de un deporte que te gusta […] Eso me sigue levantando y por eso disfruto de cada momento», añadió.
Una promesa de trabajo duro a diario que Ernesto Schisano, de hecho, se hizo a sí mismo desde el primer momento en que pensó en probar suerte con el MMA, tal y como explicó en su paso por el podcast de la casa.
«Yo empecé a entrenar MMA a los 25 años. Desde que llegué a España (con 18 años) empecé a mejorar en mi trabajo en hostelería, pero notaba que me faltaba algo», relató Schisano.
«Llegaba a casa tarde, no comía bien, no estaba contento con mi físico […] Una noche llegué a casa muy tarde, encendí la tele y vi peleas de Mike Tyson, de UFC, y dije… Me molaría mucho pegarme ahí», agregó.
El crecimiento fugaz de Ernesto Schisano
Con la mente fija en esta idea tan sencilla de «ser el mejor en cualquier cosa que haga», Schisano se apuntó a clases de MMA, y no tardó en subirse a una jaula para consumar «su amor a primera vista».
Después de unos inicios con altibajos, ‘El Potro’ cerró su etapa amateur con grandes victorias frente a luchadores como Paddy Rutledge.
Ahora, el luchador del Gimnasio Kiofu se enfrenta a su segunda prueba de fuego en el primer evento nacional que se retransmitirá en UFC Fight Pass, y al ser preguntado por su pronóstico, lo tiene claro, va a ganar su duelo.
Ernesto Schisano, al fin y al cabo, lleva toda su vida peleando, y ante una nueva prueba de fuego, piensa mostrar la misma hambre que le ha caracterizado siempre.