Hecher Sosa ocupó la esquina azul que normalmente se reserva a los aspirantes en su combate por el título de peso bantam de FCR, pero él ya se sabía campeón.
Así lo dijo en los días previos a su pelea, y así lo demostró el sábado en Estocolmo. Porque a pesar de los kilómetros de distancia y las horas de vuelo que separan Canarias de Suecia, Hecher sentía el octágono de FCR como su casa, y en pleno territorio vikingo, el guerrero guanche impuso su ley con puños de hierro.
Durante su salida, los comentaristas repasaron su currículum como quien lee las grandes efemérides que pasaron en un mismo día.
«La semana pasada, España hizo historia cuando Ilia Topuria se convirtió en su primer campeón de la UFC, y Hecher tampoco es ajeno a ser el primero en conquistar algo», apuntaron en la retransmisión del combate.
«Hecher fue el primer español en ganar tres veces un campeonato amateur, también fue el primer español en ganar un campeonato internacional, y ahora quiere convertirse en ser el primer español en ganar un cinturón de FCR«, añadieron.
Una lectura que sonaba a premonición, y que se materializó tras 15 minutos de guerra en el que Sosa siguió al pie de la letra el planteamiento de su pelea.
Un combate técnico con mucha superioridad del español
De salida, el peleador español combinó mucho movimiento lateral con low kicks para contrarrestar la presión de Tuomas Gronvall, pero el finlandés mantuvo su presión constante y lanzó el primer intento de derribo al minuto. Sosa lo había avisado, su rival iba a «abrazarle las piernas» todo lo posible, y así lo intentó desde el inicio.
El de Lanzarote se mantuvo activo en la defensa, no obstante, lanzando puñetazos y rodillazos que le permitieran crear espacio para separarse, y en cuanto lo consiguió, su superioridad en el golpeo se hizo evidente en sus intercambios, conectando unos golpes de rodilla que hicieron mella en Gronvall.
Según dio el comienzo el segundo round, la superioridad de Hecher Sosa seguía siendo latente, y en cuanto el finlandés volvió a ir al suelo tras telegrafiar un derribo, el canario le dejó claro que ese también era su mundo.
A pesar del intento de guillotina que Gronvall intentó cerrar durante medio minuto, Sosa logró escapar de la trampa tendida por su contrincante, y en la ruptura, impuso su ley a base de codazos.
Desde su esquina, mientras tanto, Enrique Wasabi reclamaba jabs a su alumno, pero por un momento, Sosa pareció querer ganar al finlandés no solo cerca de su casa, sino además, en su especialidad.
Al terminar el segundo round, la cara de Gronvall estaba claramente marcada por los golpes del guanche. Sosa, mientras tanto, ponía mojo picón a sus golpes mostrando los golpes giratorios de su arsenal.
Sabiéndose perdedor de los dos primeros rounds, Gronvall saltó al tercer asalto con un arreón de orgullo, doblando su presión e intentando intercambiar golpes con Sosa, pero un gancho de izquierdas y unos nuevos rodillazos, así como un uppercut posterior que impactó de pleno en su cara, desactivaron el arranque de furia del finlandés.
El combate estaba visto para sentencia, y tan solo era cuestión de que la campana marcara el final del último asalto.
Tren Hecher Sosa, siguiente parada, UFC
Al término del combate hubo que esperar a la burocracia de los jueces para saber quién se hacía con el título, pero Hecher Sosa celebró como el campeón que ya era desde el inicio, mientras a Gronvall le atendían sus heridas.
El canario, además, aprovechó su celebración en la jaula para repetir un mensaje que ya ha dejado más de una vez. Dana White, UFC, «llámenme», decía Sosa mientras posaba con su bandera de España.
Ya con el cinturón envolviendo su cintura una vez los jueces hicieron justicia, Hecher fue aún más claro en su receta para el éxito: «Trabajo duro y dedicación, este cinturón es mío».
Sosa, sin embargo, quiso dejar claro que este cinturón solo es una piedra de toque en su trayectoria, y reiteró su mensaje a todos los aficionados.
«Lo dije hace un tiempo, nada ni nadie iba a pararme y aquí lo estoy demostrando cada día. No son solo palabras, trabajo cada día, la UFC es el siguiente paso y sé que lo voy a conseguir», concluyó el luchador.
Hecher Sosa acababa de hacer historia, pero ya fijaba su siguiente meta.
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