UFC 304 aspiraba a ser la celebración del lugar prominente de las MMA británicas en el panorama internacional, y si bien Tom Aspinall y Paddy Pimblett pusieron de su parte para que el guion ideal siguiera las pautas trazadas, Belal Muhammad se encargó de arruinar la fiesta inglesa con su victoria sobre Leon Edwards.
Muhammad se impuso a Leon Edwards por decisión unánime tras en un combate que, si bien no ha dejado un gran highlight, sirvió para demostrar que el palestino se ha colgado el cinturón de peso welter con todo el derecho.
El dominio de Belal Muhammad sobre el campeón británico fue prácticamente constante durante todo el combate, a excepción del tercer asalto, gracias a un enorme trabajo de presión contra la jaula y de golpeo con un jab muy preciso.
Con su victoria, Muhammad enfrió los ánimos de un público reunido en Manchester que unos minutos antes había enloquecido con Tom Aspinall y Paddy Pimblett.
Tanto Aspinall como Pimblett terminaron sus peleas en el primer asalto, haciendo enloquecer a una grada que tenía ganas de fiesta después de casi 6 horas de velada en la madrugada.
Y es que antes de estos dos combates por el título y de la gran pelea de Pimblett, Arnold Allen y Christian Leroy Duncan habían calentado el ambiente de una cartelera principal que comenzó a las 3.30 de la mañana.
En el caso de Allen, ganó a Giga Chikadze por decisión unánime. Leroy Duncan, mientras tanto, cayó frente al brasileño Gregory Rodrigues tras tres duros asaltos.
La victoria de Belal Muhammad deja una sensación agridulce al público inglés
Antes de estos dos combates por el título, los más de 20.000 espectadores congregados en el Co-Op Live vivieron una montaña rusa de emociones que sin duda dejará a más de uno con resaca tanto emocional como alcohólica, porque los ingleses saben beber, y el horario festivo sin duda animó a más de uno a demostrarlo.
El espacio inaugurado junto al Etihad Stadium del Manchester City estuvo lleno desde que se abrieron sus puertas, dando buena muestra de las ganas del público de pasárselo bien desde el principio.
Los luchadores locales encargados de abrir la noche, además, ayudaron a caldear el ambiente desde el principio. La irlandesa Shauna Bannon se impuso a Alice Aruelean por decisión dividida en el primer combate de la noche.
Tras ella, los ingleses Mick Parkin y Sam Patterson regalaron dos finalizaciones espectaculares en el primer asalto. El peso pesado Parkin, después de conectar una gran derecha que tumbó a su oponente y le permitió continuar con su ataque, y Patterson, con una gran sumisión frente a Kiefer Crosbie.
Modestas Bukaukas y Oban Elliot, también locales, pusieron la guinda a esos primeros combates preliminares con otras dos victorias que sumaron el 5 de 5 para los luchadores de la esquina roja en Manchester.
El intervalo de Manchester fue un remanso de paz antes de la tormenta
Si estos «preliminares tempranos» fueron como un chupito nada más entrar al bar, los 4 combates que tenían el certificado de «preliminares» oficiales fueron el momento de reflexión que siempre sucede a esa terrible decisión que todo el mundo ha tomado alguna vez en la vida.
Los 4 combates acabaron en decisión y, además, dejaron dos grandes decepciones. La primera fue la derrota de la heroína local, Molly McCann, que fue dominada por Bruna Brasil durante 3 asaltos.
La segunda fue un Muhammad Mokaev que, pese a imponerse a Manel Kape, dejó un choque muy táctico que terminó por aburrir al público.
Con toda la sangre que se había derramado antes del combate, este apuntaba a ser un enfrentamiento de sangre caliente y emociones fuertes, pero resultó ser una partida de ajedrez de lo más táctica que no sube el caché de ninguno de los dos peleadores.
UFC 304, en definitiva, fue una buena velada con un arranque climático y un final del todo anticlimático. Al terminar, los aficionados ingleses abandonaron el estadio a plena luz del día con sensación agridulce. Había sido una noche de fervor, pero terminaba con su campeón derrotado por un Belal Muhammad al que pocos daban opciones.
2 comentarios en «Belal Muhammad agua la fiesta de Aspinall y Pimblett»