Islam Makhachev es inevitable

Foto del autor

By Ulises Izquierdo

En este mundo no puede decirse que nada sea seguro, excepto la muerte y los impuestos, pero a ese listado de certezas absolutas habría que sumarles los triunfos de Islam Makhachev.

Porque enfrente puede tener a un veterano en busca de la gloria como Dustin Poirier, a un campeón indiscutible como Charles Oliveira, o a un rey de otra división como Alexander Volkanovski, pero invariablemente, Makhachev logrará hacerse con la victoria.

En una noche en la que el Real Madrid conquistó Europa por decimoquintavez, dejando una sensación de bucle infinito, el discípulo aventajado de Khabib Nurmagomedov transmitió esa misma sensación de inevitabilidad.

Igual que le pasó al equipo español en su noche continental, de hecho, Islam Makhachev ni siquiera estaba completando el mejor combate de su trayectoria antes de lograr someter a Dustin Poirier. El problema es que cuando eres tan superior siempre terminas por demostrarlo, aunque tu rival luche y resista tanto como lo hizo ‘El Diamante’.

Como prueba, solo hace falta ver el derribo con el que Makhachev logró llevar al suelo a Poirier tras varios intentos fallidos. Agarrando a su rival del tobillo, el dagestaní dio un latigazo que recordó a su maniobra viral frente a Chase Saldate.

Un movimiento que el ruso aprovechó para abalanzarse sobre su rival y poner fin al guion de película que muchos soñaban para el norteamericano. Un final que no pudo ser porque Makhachev sometió a Poirier con todo el peso de su propia historia.


El futuro de Islam Makhachev pasa por el peso welter

Acostumbrarse a la grandeza debe ser una sensación tan compleja de absorber que obliga a quien logra sentirla a buscar nuevos retos para no caer en la desidia.

Por eso, Islam Makhachev puso sus próximas metas en un nuevo desafío que le emocione y le permita alcanzar niveles superiores en su estatus de leyenda. Quiere subir al peso welter para ser doble campeón, y todo apunta a que se le concederá el deseo.

Tal vez tenga que defender su cinturón frente a Arman Tsarukyan para lograrlo, pero a este paso, ¿quién va a dudar de su victoria?

Makhachev, como Thanos, es inevitable, y una vez devorado todo el planeta del peso ligero, quiere dejar su marca en las 170 libras. Si alguien logra pararle, estará desafiando a las leyes establecidas, porque hasta ahora, nada es más infalible que la ley de Dagestán.

Deja un comentario